He estado pensando mucho estos últimos meses. No encuentro respuestas a mis preguntas, y tampoco hallo preguntas a muchas otras respuestas. Y en el indicio, hago intento de recomponer cada pieza de este inmenso puzle que parece no acabarse, esfumándose en el recuerdo de la memoria del pasado. No todo tiene un por qué o un así. Y quizás sea ese mi gran error, querer darle sentido a todo aquello que no guarda explicación, aquello que la belleza dota de ilógico. La vida nos brinda el sumo poder de la imaginación y nosotros, crueles entre los radicales, jugamos con hermosas criaturas, personajes celestiales como tú con los que caer en el abismo de: ``En ella vi el centro de toda la galaxia´´. Es como si cada día escribiera un trozo de mi libro. Un libro que amo profundamente. Pero lo estoy leyendo lentamente; así, las palabras se esparcen y los espacios se hacen casa vez más grandes, casi son infinitos. Casi puedo sentir el roze de tu mano con la mía. Aún puedo sentirte, y a las palabras que componen nuestra historia. Pero en esos espacios, en esos inmensos vacíos entre palabras, donde me encuentro ahora. Es un lugar no disponible para quien no ha amado, un lugar donde estaba todo aquello que no sabía que existía. Te quiero tanto. Pero es aquí donde estoy, es esta quien soy ahora, y si alguna vez llegas ahí encuéntrame. Estas pueden parecer letras de amor. Algo de amor guardan, pero es uno pasado, viejo y marchito que con el forjar del tiempo se ha perdido es la indiferencia de tu deseo.
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